Achille Emana estuvo el fin de semana en Sevilla. Le gusta pasear por sus calles, aunque la lluvia le hiciera acelerar el paso en ocasiones, y saludar a los muchos amigos que ha dejado en esta tierra. De todas formas, lo principal para él es visitar a su hija porque es un padrazo. También un buen compañero y por ello se acercó por el entrenamiento a puerta cerrada del viernes pasado del grupo bético para abrazar a todos y desearles suerte. Vio el partido del equipo que aún siente como suyo y el domingo regresó a Riad, su casa. En Arabia Saudí vive en una casa de 300 metros cuadrados en una urbanización de lujo en la que se respetan las costumbres occidentales. A pesar de que algunos pudieran extrañarse, se ha habituado bien rápido a la vida en Arabia gracias a la hospitalidad de sus gentes. «Tengo mi casa, el equipo es estupendo y la gente me quiere en Arabia igual que lo hacía en Sevilla. Me fui con el dolor de dejar a los béticos pero me encontré a una afición parecida allí», afirma el africano, quien resume sus días en Riad de esta manera: «Cuando entrenamos por la mañana, me voy por la tarde de compras. ¡No se puede hacer mucho más! (Ríe). Es broma, es una cultura diferente y estoy aprendiendo mucho. He vivido ya bastante en mi vida y es el momento de centrarse un poquito. Estoy disfrutando muchísimo. No es una liga como la francesa, italiana o española pero hay muy buenos futbolistas, de verdad. No me aburro, como creen algunos. Desde fuera pueden pensar que no hay nivel, pero no es cierto. La liga es mucho mejor de lo que se puede pensar. Y en algunos aspectos te puedes sorprender hasta de la profesionalidad que tienen. El estadio del Al-Hilal es fenomenal, más grande que algunos de España. Si está Diego Armando Maradona, el mito, allí, no es sólo por dinero, es para intentar demostrarle a la gente que es una liga que merece la pena». La rivalidad la vive con el Al-Shabaab. «Es como un Betis-Sevilla o un Barcelona-Madrid», asegura. Ambos equipos son de Riad y lo valora así. «Puedes ganar o perderlo todo en la liga, pero ese partido es diferente», describe antes de hacer el perfil del aficionado del Al-Hilal. «Vive para el fútbol, come fútbol y habla todo el día del fútbol. No puedo andar por la calle sin que me paren. Te piden que te hagas fotos con ellos pero cuando ya la han tomado, dan la vuelta a la manzana y aparecen de nuevo para pedirte otra foto. Fuimos a la tienda del club para comprar cosas para los amigos y no podíamos salir por la gente. Les encanta el fútbol y sorprende que juegues bien o mal, siempre están contigo. Saben lo que es perdonar y comprender tus errores. Te quieren tal y como eres», dice para completar esta radiografía, aunque a él le van bien las cosas puesto que el Al-Hilal va arriba y Emana ha marcado cuatro goles. «No quiero que la gente piense que he ido para pasearme», dice con espíritu competitivo, que incluso le hace plantearse un regreso a la selección: «Muchos se van a ir a su casa porque el presidente va a hacer una limpieza importante. Desde el Mundial estoy esperando porque yo no estoy muerto, estoy muy vivo. Es una posibilidad». Eso sí, se ríe cuando se le recuerda las noticias erróneas sobre una sanción que nunca se produjo por un gesto nacido de un fotomontaje. «Cuando hay una noticia mala sobre mí, sale en todos sitios, pero si es buena, tarda en llegar. No pasa nada. Está solucionado y no he denunciado», dice. Pero cuando se conversa con Emana el Betis siempre fluye. Nada más llegar a Sevilla fue al Villamarín a respirar de nuevo el ambiente del vestuario que fue suyo hace poco. «En Arabia sigo todos los partidos del equipo y he visto el del Málaga. Veo a los compañeros más contentos. La situación es difícil porque nunca antes estuvieron así, pero con una victoria va a cambiar todo. Antes de irme ya dije que, para lo bueno o lo malo, la afición tiene que ayudar siempre. Y lo está haciendo, como el otro día. Yo sé lo que es jugar en Primera en el Betis y este año hay mucha gente nueva en el equipo. La afición les tiene que ayudar. El fútbol es alegría. Tienen que entrar al campo sabiendo que les van a animar siempre. No es fácil soportar la presión si cometes un fallo. Insisto en que les ayuden porque dentro de poco, cuando el equipo vuelva a ganar, la gente se va a alegrar y no se va a acordar de estas derrotas. Los béticos saben hacer esto porque me lo han demostrado. Para un futbolista no es fácil perder tanto porque ni siquiera puede salir tranquilo a la calle. Son los primeros que quieren ganar por la afición y por sus familias, incluso antes que por ellos mismos. Necesitan ayuda porque la Primera división no es tan fácil como la gente puede pensar». Durante la crisis no han faltado voces que le han echado de menos, y todo ello le ha llegado a Achille: «Me lo han contado y me alegra, pero la etapa del Betis ya ha acabado. Sigo siendo un bético de corazón, pero ya no podemos volver atrás. Cuando uno se va, nunca sabe el recuerdo que deja atrás, pero yo intenté por todos los medios que el Betis ascendiera para dejarlo en el mismo lugar en el que lo encontré. Ahora el futuro del club está en manos de los que están ahí. Siempre seguiré al Betis como lo he hecho con el Toulouse allá donde he ido. Lo llevaré siempre en la maleta y les doy las gracias a todos los que han seguido pensando en mí». |
miércoles, 9 de noviembre de 2011
"Si la afición del Betis ayuda al equipo, pronto no se acordará de esta racha"
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