
Betis: Mel, en un partido reciente
Cuentan las crónicas que aquel 15 de septiembre de 1991 fue movido en Santander. «Una gran multitud se agolpa en las puertas del estadio santanderino a la espera de la salida del colegiado», narraba ABC. El presidente racinguista, Emilio Bolado, estaba airado: «Voy a pedir la anulación del partido. El gol del Betis ha sido en fuera de juego y han jguado durante varios minutos con doce hombres sin que el árbitro lo advirtiera». Y lo hizo ante el Comité de Competición.
Los medios santanderinos centraron sus críticas en el árbitro, pero también en Mel, que salió corriendo del campo cuando el árbitro fue avisado de la irregularidad y procedió al recuento de los futbolistas que estaban sobre el terreno de juego. «El comportamiento de Mel fue destestable», afirmaban algunos rotativos cántabros, que calificaron de «artimaña» esa manera de proceder. «El árbitro escapa a pedradas de El Sardinero por permitir que el Betis jugara con doce futbolistas», contaba alguno.
Un mes después, José Javier Forcén, juez único del Comité de Competición, desestimó la solicitud del Racing para que se repitiera dicho encuentro y confirmó el triunfo verdiblanco. Mel y Loreto tuvieron que ir a declarar ante Forcén para explicar los motivos de su comportamiento y no se estimó oportuna una sanción.
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